miércoles, 24 de abril de 2013

Programar Emociones

Eva es una película pequeña, recogida, con personalidad y con carácter. Aunque a nivel argumental es sencilla y lo que podría considerarse el giro de la trama se ve venir a kilómetros, cuida los detalles gracias a una narración pausada y contenida. Podría haberse beneficiado de un ritmo más acelerado, pero al menos comprende a la perfección que el género de la ciencia ficción funciona mejor cuando es el telón de fondo escogido para hablar de la condición humana.


Hay películas que, buenas o malas, crean su propia atmósfera e identidad visual. Dark City, El Ilusionista, Up and Down (recientemente bautizada aquí como Un Amor Entre Dos Mundos) y muchas mas. Eva se añade a esta lista con su entorno nevado y su niña resabiada que viste de rojo como algunos de los elementos visualmente identificativos.

El planteamiento es el siguiente: Un brillante programador de inteligencia artificial especializado en emociones robóticas vuelve a su universidad 10 años después de dejar inconcluso el proyecto que ahora le encargan terminar: diseñar un niño robot que sea seguro, pero a la vez divertido y espontáneo. Al llegar se reencuentra con su hermano y la novia de este, los tres grandes amigos de la facultad. Ella tiene una hija, la espabilada Eva, que le servirá al protagonista como base para la programación de su robot.

La programación robótica se explica de manera visual, atractiva y sencilla. Realmente no es lo importante.

Eva no es una película para ver con prisas. El entorno donde se desarrolla es un pueblo de montaña, nevado por todas partes. Y la dificultad de transitar por esos parajes se traslada también a la velocidad a la que se desarrollan los acontecimientos. Los personajes parecen atrapados en una burbuja, al margen del tiempo. Con paciencia se construye su particular microcosmos y sabemos desde el principio que no vamos a salir de él. Está claro que entre el trío protagonista hay una historia del pasado que vamos a ir conociendo. Pero se toman su tiempo para explicarla.

El atractivo visual de la película está en una narración tan congelada como el ambiente. La luz transmite una sensación de ligera irrealidad. Los elementos de ciencia ficción son relativamente escasos y se integran en la vida de los personajes con naturalidad. No hay nada especialmente llamativo. Es como si diéramos un salto de 10 ó 15 años en el futuro, con una mayoría de instrumentos y objetos que simplemente son versiones mejoradas o aumentadas de lo que ya tenemos. Nada de coches voladores.

Los robots son el único elemento de ciencia ficción "dura". Por lo demás, Eva nos traslada a un mundo casi como el nuestro.

Como toda ciencia ficción que se precie, Eva nos deja con más preguntas que respuestas. ¿Qué son las emociones? ¿Hay diferencia entre las humanas y las robóticas? ¿Por qué huimos de aquello que más queremos? Y como toda ciencia ficción de kilates, la historia finaliza con una coherencia inevitable y con  cierta sensación de desasosiego.

No es Eva una película de las de palomitas y sonrisita satisfecha. Es más bien de esas que ves con el ceño ligeramente fruncido. Porque a pesar de que la ves venir y no es especialmente divertida, te mantiene enganchado, tiene un algo que te impide dejar de verla. Una historia con principio, nudo y desenlace filmada con oficio y personalidad. Hora y media bien aprovechada.

Ciencia ficción o no, las relaciones y sentimientos entre los personajes son el eje real de lo que se cuenta.

Indicaciones: Fans de la ciencia ficción y de las películas que hacen preguntas sin dar respuestas. Gente capaz de soportar hora y media sin acción y con apenas media docena de actores.

Contraindicaciones: Buscadores de acción. Prejuiciosos de películas rodadas en español. Aquellos para quienes la ciencia ficción no merece su tiempo.

Interacciones: Tangencialmente, los relatos de robots de Asimov. En cuanto a atmósfera, películas con encanto como las citadas Up and Down, El Ilusionista, Donde Viven los Monstruos...

Efectos Secundarios: Finaliza dejando cierta melancolía en el espectador. Si te va Asimov, la peli se queda muy corta en mostrar los fundamentos de la robótica. Te convencerá de que hay que buscar mucho, pero todavía quedan pelis rodadas en castellano que merezcan la pena.

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