sábado, 12 de enero de 2013

Hawkeye

Otra colección más que no pasa de los diez números”, pensé. Ahora que ya he leído media docena, me aterra que se cumpla la predicción. Esta colección es tan buena que te olvidarás de Jeremy Renner y volverás a pensar que como el Ojo de Halcón del cómic no hay ninguno. ¿Exagero? Examinemos al paciente.

 
Dejemos las cosas claras desde el principio. Esta colección mola un puñao. Mola porque es divertida y sorprendente (mérito suficiente para recomendarla). Pero además mola porque está ágil, hábil y estilosamente guionizada por Matt Fraction. Y mola porque está estupendamente dibujada y cojonudamente narrada por ese monstruo llamado David Aja. 

Sí, sí, Renner mola. Pero el Hawkeye de Fraction y Aja LO PETA.

Dicho esto: Definir Hawkeye como colección es sencillo: Es un cómic sobre Clint Barton. Y es un comic sobre Hawkeye cuando no es Vengador. Aunque en su desarrollo difiere, la propuesta inicial es muy similar a lo que Brubaker y el propio Fraction hicieron con Puño de Hierro. Coger un personaje y despojarlo de ridiculeces manteniendo sus señas de identidad.
El guionista ha humanizado a Clint Barton mediante el humor y lo ha encaminado a la acción callejera y la bizarría argumental. Barton comparte protagonismo con la Joven Vengadora Kate Bishop, quien es contrapunto, réplica y partenaire a partes iguales.

La relación entre ambos personajes bascula entre maestro-alumna y compañera de aventuras. Esto genera dinámicas de enfrentamiento y cooperación muy satisfactorias. O sea, que se llevan la contraria a menudo, se llaman de todo y se reprochan todo el rato; pero a la hora de la verdad son una pareja muy bien engrasada.

Las parejas siempre funcionan bien en cualquier narración y esta funciona de fábula porque está guionizada con ingenio, humor y tensión sexual y generacional. Kate ve en Clint a un buen hombre demasiado impulsivo y con muchas malas ideas. Clint ve en Kate el potencial de una juventud y destrezas que no deja de admirar. Para más inri, aunque Clint tiene mucha más experiencia vital, ella es más madura que él. Las historias funcionan, en definitiva, porque aunque las tramas puedan ser a veces irrelevantes o los villanos ridículos, los personajes principales son creíbles y se dejan querer al instante.

Fraction ha contado, como en Puño de Hierro, con la inestimable ayuda del dibujante David Aja en esta ingente tarea de cotidianizar y humanizar a Clint Barton. Aja, además de ser el genio de la narrativa que todos amamos gracias a sus imaginativas (y sobre todo eficaces) composiciones de página, tiene una característica fundamental para el éxito de la colección: Es capaz de destilar visualmente la esencia de los personajes. 

A la izquierda, un superhéroe con arco y flechas. A la derecha, el mejor arquero del mundo.

Su versión de Clint Barton no tiene fisuras. Su dibujo nos descubre a un hombre valiente y arrogante, pero también inseguro; su uniforme nuevo grita “Haywkeye” por los cuatro costados, pero no tiene ni un elemento superfluo ni decorativo. Y cuando se requiere acción o se necesitan momentos más íntimos... Aja domina la composición y narrativa tan bien que puede dibujar como le plazca: ¿Splash pages? Claro que sí. ¿Aparentes byrneces? ¡Por supuesto! ¿Metalenguaje? Dalo. Por. Hecho.



Aja se adapta igual a un glorioso roto como a un espectacular descosido.

Hawkeye apela al aventurero que hay en el lector. Apela al lector que sabe que es tan importante lo que se cuenta como el modo en el que se cuenta. Sus diálogos son según la situación ingenuos como un niño o afilados como cuchillos; sus personajes son terrenales pero alocados; sus tramas pedestres pero fantásticas. Aquí nadie salva el universo. Ni falta que hace.

Hacedme caso: un cómic que te convence de la utilidad de las flechas boomerang es por fuerza un cómic especial.

En manos de un experto, una flecha boomerang puede ser letal.

Indicaciones: Para los que gusten de los superhéroes aventureros y perdedores. Para los que se pirran por una buena dinámica de pareja protagonista. Para los que disfruten con los recursos narrativos que el cómic pone a disposición de los autores. Para quienes quieran pasarlo bien sin tomárselo demasiado en serio.

Contraindicaciones: No apto para los que necesiten que las historias “cuenten” a una escala de universo compartido. No recomendada para quien espere la misma trama de siempre con la obligatoria ensalada de hostias al final. Ni te acerques con un palo si solo te van superhéroes superpoderosos que revientan realidades a puñetazos o mueven planetas con sus propias manos.

Interacciones: Puede generar un impulso irresistible de leer Puño de Hierro de Fraction, Brubaker y Aja. Desearás que cojan tu personaje trasnochado favorito y le hagan una puesta a punto.

Efectos secundarios: Puedes llegar a creer que ser arquero mola. Empezarás a decir “bro” continuamente (sí, para entender esto tendrás que leerlo). El morado dejará de parecerte un color a evitar rigurosamente.


No hay comentarios:

Publicar un comentario