Zascandileando regresa con un ramillete variado de series anime. Tenemos la interesante pero irregular Japan Sinks, con grandes personajes y situaciones atractivas lastradas por decisiones incomprensibles y ritmos muy raros. Food Wars ha terminado con una trama rocambolesca hasta para sus estándares y aunque no cierra mal, pierde fuelle por tener que desarrollarse a toda velocidad. Una velocidad que en cambio a God of High School no le pasa factura ya que es capaz de ofrecer cada capítulo una deliciosa y épica escalada de mamporros y todavía le da tiempo para cultos, organizaciones secretas, alguna explicación y que los personajes no parezcan de corcho. Y al final hablamos de Kanojo, okarishimasu, la serie que te pudre por dentro lo justo con las gilipolleces de su protagonista pusilánime, al que rodea tan bien de chicas guapetonas interesantes y de unos líos y malentendidos tan bien traídos que administrado en monodosis semanales nos ha caído en gracia.
