lunes, 18 de noviembre de 2013

Pokémon X/Y

Hacía mucho tiempo que no le metía su enorme inyección de horas a un Pokémon. Jugué Rojo, enamorado por completo de los paseos por el mapa y lo absurdo y chorra de la trama. La idea de que a un chaval le regalen una mascota que escupe fuego y le digan "ale, a la aventura" tenía algo de simplicidad romántica, un poco de dejarse llevar, de aceptar la locura y tirar para adelante que me resultó atractiva. Una vez terminado, pues... me cuesta mucho interesarme por coleccionables, logros y demás cosas que alargan un juego, "hacerme con todos" no me interesaba. Pero...



Pero tiempo después me puse con Pokémon Plata. Nuevo mundo; más grande. Nuevos Pokémon; más cantidad. Historia risible; justificaciones chorras. Y era divertido, pero también era algo familiar y repetitivo. Conocido. Sobado. DLC en formato de cartucho plateado. Es esta fatiga, unida a una mucho posterior pereza a acercarme a otro Pokémon la que me tuvo alejado de la saga durante años, amando muy fuerte las portátiles de Nintendo, pero sin acercarme a uno de sus juegos más vendidos.

Y ahora, mientras espero la lluvia de amor en forma de Zelda y Bravely Default de este fin de año acojonante para la 3DS, aquí estoy con 32 horas de Pokémon X en la partida salvada, poco después de lo que se considera "pasarse" un Pokémon. En el juego me esperan zonas que no he transitado, Pokémon que no he visto, minijuegos por disfrutar y batallas por librar. Pero la pereza me invade, no soy un hombre de un solo juego, ahora otros tienen mis atenciones, pero Pokémon quiere más. Siempre quiere más.

Nope. No, no, no. Noooope. Que estoy ocupado al Hearthstone, leñe.
Y eso que el juego está lleno de amor. La premisa de que un chaval se largue a hacer el cabra con su bicho mágico así, con lo puesto, sigue presente, enfatizada por el hecho de que Protagonista y su madre se acaban de mudar a un pueblo nuevo. ¿Querías desempaquetar tus cosas? ¡No! ¡Pokémon time! A partir de ahí el malo, más loco y malvado que nunca, involucra lo Pokémon en su rayo de la muerte, para acabar siendo derrotado por una pandilla de adolescentes que van de aquí para allá con su perro... y espera, que me lío.

El puñetero juego es más grande que nunca, pero mucho más. El mapeado es extra tocho, el jueguico se gasta como 650 bichos o más, minijuegos, hacerle cucamonas a los Pokémon, grabar videos de presentación, peleas online, comprar trapos para tu personaje... Son todas las mierdas que me encantan y que me hacen pensar que el Pokémon, cuanto más sandbox y menos limitado sea, mejor. Elder Scrolls: Kanto o lo que toque... Pero.

Pero el cabronazo tiene sus manías. Sigue con las cuevas llenas de Zubats, sigue pidiéndote un Pokémon fardo que Corte, Surfee o Vuele para ir de un sitio para otro... y es una pena, pero oye, son cosas que le pesan al juego. Lo envejecen y asfixian. No quiero enseñarle la mierda de Cascada (sigh) a mi Blastoise para poder seguir y si me haces volver a un centro a por la primera mierda de agua que pille para subir por ahí, es posible que lo deje para luego o que ni me moleste.



Indicaciones: Si no has jugado un Pokémon y tienes curiosidad, este es el más completo, interesante, ameno y accesible hasta la fecha. Si eres un fan ya lo tienes, y si alguna vez lo fuiste, haz como yo y dale una oportunidad. Lo merece.

Contraindicaciones: Amantes de los Jraficazorls, dado que es un juego de portátil. Pokehaters (yo que se, habrá de eso) y gente que no quiera meterle tantas horas, así en general.

Interacciones: Los Pokémon del pasado, los Zelda bidimensionales (por aquello del mapeado con acceso limitado) y si alguna vez lo traen a occidente, el Yokai Watch de Level 5, también para 3ds, pinta cercano.

Efectos Secundarios: Intercambiar códigos de amigo por la web, haciendo que la gente pueda enviarte pollas por carta y Nintendo acabe cerrando el sistema de mensajería. Di no a las pollas por carta.

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