lunes, 28 de octubre de 2013

Thunderdome

Ya hablamos de que Under the Dome merecía una oportunidad desde la primera vez que nos topamos con ella, y ya hablamos en aquel momento de su enfoque general. ¿Qué sensación nos deja tras haber terminado su primera temporada? Pues... Mejor de lo que yo esperaba, sobre todo tras aguantar ciertos bajonazos en la serie. Eso sí, la trama requiere cierta dosis de paciencia por parte del espectador que no sé yo si merece... En fin, mejor me explico.


Vamos a dejar las cosas claras desde el principio: Si vas a ver la serie por saber de qué va el misterio de la cúpula, mejor te dedicas a otra cosa. Y eso que esto no es Lost, que aquí se molestan en dejar caer alguna explicación antes de terminar la primera temporada. Pero vamos, lo justo para que a mí no me explote una vena mientras le grito obscenidades a la tele. Por marear y perder el tiempo. Cabrones.

El caso es que o te interesan los personajes y la manera de conocer sus neuras o no. Al menos desde mi punto de vista, ellos son el atractivo de la pecera esta, y la única razón para engancharte a la serie. Y la verdad, hay momentos en los que no lo ponen fácil. Hay un par de capítulos en el arranque de la serie, una vez pasados los dos primeros, que son una puta tortura. Que no dejase de ver la serie en ese momento solo es atribuible a un extraño arrebato de fe. 

El peor high five del mundo, pero se agradece el intento.

Pasado ese mal trago, raro es que no te llamen la atención los personajes y te intereses por su salud dentro de ese nido de conspiraciones y mala leche. Si un pueblo pequeño y apartado normal suele estar lleno de rencores y resquemores, de gente que se tiene ganas, de odio ancestral... Cuando lo aíslas de forma inevitable del resto de la civilización, las cosas se joden a lo bestia. Y a veces no se trata tanto de impedirlo o solucionarlo, sino de sobrevivir a ello.

Si ya lo decía Tina Turner, we don't need another hero.

Indicaciones: Amantes de los personajes normales en situaciones de mierda y misterios a fuego lento. Fans del clásico concepto "Esto va de un pueblo de Maine en el que pasan cosas raras". 

Contraindicaciones: Los que odien que no les expliquen el porqué de las cosas. Aquellos que no tengan paciencia para sobrevivir a un par de capítulos malos.

Interacciones: Cualquier otra cosa del estilo cortesía de Stephen King, desde la serie de Haven hasta cualquier versión de La Tienda o La Niebla.

Efectos Secundarios: Pensarte lo de construir un búnker y almacenar latas de atún. Y no descojonarte de un tipo con un apodo ridículo. Nunca.

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