lunes, 15 de julio de 2013

Trance

Tarde pero seguro. Hace unas semanas, el Doctor Consorte y esta que escribe fuimos al cine sin el resto de los Doctores. Tocaba peli de Danny Boyle, del que no soy especialmente fan, pero que tampoco me disgusta. Debo admitir haber visto Trainspotting una sola vez, pero creo que he visto Slumdog Millionaire unas seis o siete, me chifla su banda sonora. La única idea a priori que llevaba al llegar al cine era "Es Danny Boyle, a ver por dónde sale".


La película parece tener una trama sencilla: robar un cuadro de Goya en una casa de subastas. Un inside job como una catedral, pero con el problema de que el que trabaja dentro de la casa de subastas, por un trastazo en la cabeza, olvida dónde lo ha guardado y como al mafioso de turno no le hace ni puñetera gracia, lo mandan con una hipnoterapeuta. Y señores, aquí se termina la parte lógica y fácil de seguir de la maldita película. Porque si algo puedo decir de Trance es que es un mindfuck como un portaaviones.

No se debe jugar con la mente ajena.

Casi desde el principio empiezas a sospechar que todos los personajes, sobre todo los tres protagonistas, ocultan cosas. Bueno, es obvio que las ocultan y el guión te las va desgranando poco a poco, pero de una manera tan torticera que hay momentos en los que le tirarías el zapato a la pantalla porque no has visto venir el giro. Otros, si estás muy muy atento a los pequeños detalles, se te plantan en la cabeza como una sospecha de esas que te tienen pensando, "A ver, que no, que eso no puede ser, que yo he visto..." no voy a soltar el spoiler de turno. Solo decir que... malditos McAvoy, Dawson y Cassel, qué bien elegido está el reparto y qué bien lo hacen los tres. Sin duda buena parte de la efectividad del guión, de sus giros y sorpresas, se debe a la labor de estos tres actores, con personajes que no son lo que parecen, y cuya trama es muchísimo más enrevesada de lo que esa sencilla premisa de "vamos a robar este cuadro de Goya" puede sugerir. Sobre todo con ese monólogo inicial en el que Simon, el personaje de McAvoy, explica lo sencillo que es robar un cuadro. 

El dichoso cuadro.

Indicaciones: Fans de Danny Boyle en modo Trainspotting, gente a la que no le da miedo tener que pensar un poco con la pelicula, le gusten los giros argumentales, y que prefiere que no le dejen cabos sueltos.

Contraindicaciones: Fans de los finales con más cabos sueltos que un barco sin amarras a lo Lindelof. Ir a ver la película después de semanas de turno de noche y recién salidos de un turno de nueve horas de trabajo.

Interacciones: Una cena o comida ligeras, que la digestión no te distraiga de la película. Un libro de arte sobre la época oscura de Goya.

Efectos Secundarios: Que te entren ganas de volver a ver Trainspotting, o Memento. Salir del cine negando con la cabeza por lo retorcido de parte del guión.

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