lunes, 4 de febrero de 2013

Amor prohibido en mundos imposibles

Upside Down presenta una historia de amor prohibido en un trasfondo de ciencia ficción blanda que acaba desembocando en una fantasía distópica. Consciente de su limitación argumental, la película solventa sus 105 minutos manteniendo un notable interés gracias a la interesante construcción de un mundo imposible y un aspecto visual cautivador.

 


Lo bueno de las películas como Upside Down es que no se esconden y ponen su mundo imposible bien a la vista. Alejándose de lo real, pero no de lo importante, la película nos cuenta una de las historias más veces contadas: el amor prohibido. Sí, ya era viejo cuando Shakespeare pontificó sobre el tema con Romeo y Julieta. Así que ahí no radica el atractivo del film.

Estas historias tantas veces contadas hoy día solo funcionan si el escenario, si el marco en el que se cuenta, resulta novedoso. Últimamente se ven muy pocas ideas originales o al menos no demasiado sobadas y Upside Down tiene un estupendo punto de partida: Dos mundos separados por escasos metros, pero opuestos, orbitan al unísono un mismo sistema solar. En el mundo de arriba son todo lujos, en el de abajo son todo penurias. El contacto entre ambos mundos es imposible ya que la materia que cambia de orbe se ve irremisiblemente atraída por su campo de gravedad original y encima acaba ardiendo a las pocas horas de contacto con la "antimateria" del otro planeta. ¿Qué esperanza tiene entonces nuestro héroe de abajo de amar y compartir su vida con su amada de arriba? 

¿Es la gravedad o es que te alegras de verme? La gravedad es casi un personaje de la película, que está llena de guiños y detalles al respecto.

Tiene la esperanza de ser avispado e inasequible al desaliento, de contar con unas leyes de la física estrictas pero ligeramente dúctiles y de conocer un par de amigos. La trama también lo dota de un Secreto de Familia Conveniente que combinará con el ser un echao p’alante. Ese morro extra que precisa el personaje lo pone un Jim Sturgess que parece cortado a la medida del papel. Con ese aire desaliñado pero encantador del héroe enfrentado al mundo con insolente juventud e ignorancia; mezclada con atrevimiento y convicción.  Le da la contrapartida una Kirsten Dunst en su sitio, que no sonríe de más ni pone caritas de menos. Hace un trabajo aseado, vaya.

Con su propia inteligencia y la ayuda de un Secreto Familiar Conveniente se pueden obrar milagros.

La película  cautiva por su estética y su apuesta cromática, con un director fan de las malditas lentes resplandecientes o destelleantes marca J.J. Abrams. Consigue con ello que la película tenga un clima cálido y acogedor. Visualmente me resulta una de esas películas reconfortantes, acogedoras. Algo parecido a lo que me sucede con El Ilusionista o El Libro Mágico. Con todo, la dualidad de los dos mundos hace que esto sea solo verdad para el mundo de Arriba. Abajo es todo azul, más frío, aunque en ningún momento resulta deprimente. Simplemente... pobre y descacharrado. Arriba tenemos el naranja, lo cálido y el toque ligeramente futurista y sus lens flares. Un futuro distópico de manual, vamos, con su sociedad polar y todo.

Abajo todo es frío y azuladamente tristón. Arriba hay color, tango y mujeres. Adivina cuál es la parte afortunada de esta distopía.

El protagonista tendrá que usar su inteligencia y su ingenio para acceder desde Abajo a Arriba, aprovechándose para ello de un trabajo conseguido en la Gran Compañía Malvada de Rigor que se encarga, entre otras maldades supuestas, de sacar el petróleo de los pobres para venderlo caro a los ricos. Además esa compañía se pirra por toda clase de aplicación turbia que se derive del uso de antimateria, que no es más que matería de un mundo llevada al otro, donde no puede evitar “caer hacia arriba” debido a la fuerza gravitacional. Sí, exacto. El prota también tiene que cargarse de peso para no salir disparado de vuelta a su mundo cada vez que cambia de planeta. Eso y que arder como una tea es una posibilidad muy muy real.

Y ya no os cuento más, porque dar más detalles sería estropear la película. Baste decir que el director hace creíbles ambos mundos, utiliza con profusión los esperables planos invertidos y de perspectiva tróspida pero nunca te desorienta (excepción: hay un plano en el que literalmente exclame "¡no sé lo que estoy viendo!", pero fue solo uno) y sostiene la trama, cuando los elementos de ciencia ficción se desmoronan, echándole el mismo morro que el prota. Él sigue contando la historia que quiere contar con pulso firme y si hay que obviar explicaciones o hacer un poco de trampa, pues se hace. Joder, el amor puede con todo, ¿no? ¿No?

¿Conseguirán acabar la película tan juntitos como en esta imagen? No sé yo...

Indicaciones: Románticos, buscadores de filmes con personalidad visual, curiosos de la ciencia ficción más soft.

Contraindicaciones: Amantes del movimiento Dogma, intolerantes de la ciencia ficción o la fantasía. Detallistas en busca de una respuesta para todo.

Interacciones: Mario Fucking Galaxy. Esas canciones dulzonas que no admites llevar en tu MP3. Igual hay alguna otra peli en la que Kirsten Dunst no lo hace mal.

Efectos Secundarios: Que recuerdes la pistola de gravedad de Half Life 2 y quieras rejugarlo. Darle otra vuelta al Mario Fucking Galaxy (aunque sea repetirse). Puede que empieces a mirar a tu alrededor y veas más paralelismos con el mundo de la película de los que quieras admitir...

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