domingo, 27 de enero de 2013

Skyfall

La última de Bond, aunque bien podría ser la primera, es un ejercicio de cine bien rodado. Entretenido. En contadas ocasiones incluso emocionante. Lástima que aunque no sea poco, sea tan solo eso.


El arranque me pilla atento, con ganas de saber qué tiene esta película de Bond que la hace especial. Tal vez no mejor, quién sabe si peor, pero al menos distinta. Una escena de acción realmente acertada me alegra la cara. No es indicador de nada concreto, ni promesa susurrada al oído, pero oye, lo que gusta, gusta.

Bond está viejo, herido y peleando contra una amenaza ambigua, algo abstracta, que hace sentir al pobre 007 fuera de lugar. Y no solo él, todos los personajes y las tramas secundarias abundan en la obsolescencia del MI-6 de toda la vida frente al mal del futuro. Aquí no se trata de enviar a Bond a irrumpir en el castillo del malvado Barón Carmesí para que interrumpa sus planes de crear el rayo de la muerte. El malo ya aparecerá más tarde.

No hará falta que lo diga, pero por si acaso: El tío raro y repugnante es el malo.

La sensación general que me deja la película es de pasatiempo. De cuando te preguntan por ella contestar "está bien, entretenida" y encogerte ligeramente de hombros, para acto seguido añadir "una de Bond, ya sabes". Pero Skyfall no es solo eso, es una película técnicamente muy bien llevada, en ocasiones excelente y vibrante, pero también una muestra de cobardía al mismo tiempo. Me explico.

Recientemente Nolan ha llevado a cabo un Batman muy poco Batman. Jugando de esta manera interesante y torpe que él tiene de contar una historia. En la más reciente disfruta desmontando y montando al personaje, en ocasiones de forma brillante, en otras intentando encajar una pieza en el lugar que no es cual niño con juguete educativo. Pero al menos se atreve. Su Batman no deja indiferente. Nolan se moja. Es malísimo rodando acción, pero Nolan se moja. Al guión hay que perdonarle cosas a menudo. Pero. Nolan. Se. Moja.

Bond ligeramente perdido, sin saber si va o viene.

Y creo que eso es lo que más me molesta de la cierta indiferencia que me ha causado Skyfall. Aquí gustan de jugar al despiste. La amenaza es extraña, pero el villano es clásico. Bond está mal, pero lo revienta todo igualmente. La escena final es una extravagancia, pero superficial, sin importancia, sin peso y a su vez compensada por la conga de tópicos que es el resto de la película. Eso es lo que me pone de los nervios, que aparentando cierta intención, cierto interés por llevar a cabo un Bond distinto, se acobarden y se queden en detalles. Tontadas.

Supongo que parte del problema es que Bond es demasiado personaje. En una saga tan larga y venerada, Bond hace tiempo que se ha convertido en un icono, un arquetipo con peso propio, y eso asusta. Asusta hacerlo ver como alguien humano. Se intenta, pero da más la sensación de ser un amago de inyectar frescura que algo realmente honesto. Y tampoco se toma la otra ruta. Si aceptas a Bond como personaje inmortal y eterno, bien podías hacerlo dentro de su propio universo. Tal vez algún día el equipo de una película de Bond se decida a matarlo, y sustituirlo por otro, trasladando el cambio de actores, el traspaso de identidad, al interior del propio universo.

Por eso, si me preguntan por ella y no es el momento o el lugar de soltar una parrafada diré: "Está bien, muy entretenida, bien hecha. Una de Bond, ya sabes."

Bond, el personaje.

Indicaciones: Cualquiera que quiera ver una buena película de acción, un interesante Bond de ritmo envidiable.

Contraindicaciones: Gente que quiera ver un Bond realmente distinto, ya sea en fondo o en forma. Los fans acérrimos de Bond podrán sentir como su sonrisa se desvanece con el transcurrir de la película.

Interacciones: Acabar intentando jugar a Spycraft, aunque el cabrón no se deje. Leer The Secret Service, aunque esté sin terminar.

Efectos Secundarios: Pedir tus bebidas de forma tiquismiquis. Presentarte con el apellido. En casos muy graves, quedar con tus amigos en museos.

El Doctor Rust ha reclamado su derecho a un Diagnóstico Diferencial.

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