lunes, 25 de noviembre de 2013

Domador del Viento

Nunca podré agradecer lo suficiente a Nintendo que haya decidido restaurar con gráficos HD y algunas ligeras mejoras en el ritmo del juego, la aventura que me introdujo en el fascinante mundo de Zelda. The Wind Waker HD logra la hazaña de estar visualmente a la altura de mis recuerdos más nostálgicos y la jugabilidad, ya de por sí espectacular, se beneficia del uso del Gamepad y de las pequeñas mejoras de mecánica introducidas. Vuelve el clásico, en su día incomprendido, para dar testimonio de una verdad irrefutable: Se trata del Zelda 3D más arriesgado, más fácil de jugar, con más personalidad y mejor gameplay que yo haya probado.


The Wind Waker es lo más cerca que ha estado hasta ahora la franquicia Zelda de ser un juego de mundo abierto. No porque sea mucho menos lineal que los otros, sino porque la utilización del mar como elemento cohesionador del mundo genera una incesante sensación de descubrimiento y aventura. Cada sección del mapa guarda alguna porción de tierra que puede ser insignificante o importantísima. Hay poco que añadir a lo que es el juego respecto a lo que era hace ya diez años. La jugabilidad permanece como un Titán, anclada en los elementos esenciales de cualquier juego que aspire a la grandeza. Aspecto visual impecable, control exquisito, comunicación de información y objetivos diáfana, sorpresas y secretos constantes y mecánicas variadas con margen para la elección en la resolución de situaciones.

El equilibrio entre mazmorras excesivamente difíciles y decepcionantemente fáciles está cuidado al máximo y puedo decir que pese a que fue mi primer acercamiento a la saga nunca quedé atascado, cosa que sí me ha sucedido en entregas posteriores. Todo un testamento al cuidado puesto en el diseño de niveles y a la coherencia y viveza del mundo de juego, que te reta siempre con sus rompecabezas, pero nunca desconcierta con soluciones extravagantes.

El mar, majestuoso, imponente y solitario acompaña al jugador durante su viaje.

The Wind Waker sobresale también por ser un juego tremendamente inmersivo. Entendiendo inmersivo como atrapante de pelotas. El mundo de juego tiene la capacidad de absorberte de tal forma que jugar menos de una hora es una tarea de voluntad titánica. El juego, simplemente, invita a seguir navegando viento en popa a toda vela por su océano, sus islas y sus mazmorras. Te olvidas de lo que tienes alrededor y quedas embobado mirando a la pantalla. A ello ayuda, desde luego, su aspecto gráfico encantador y desenfadado. Sus gráficos cel shading, la luminosidad del entorno, la expresividad de los personajes con sus definidos rostros y sus grandes ojos. Hay quien tiene problemas con la dirección artística de The Wind Waker por considerarla infantil y poco acorde con la saga. Yo digo que paparruchas y prejuicios. Estoy harto de mundos sombríos y marrones que supuestamente quieren transmitir gravedad y épica y lo único que logran es tomarse a sí mismos demasiado en serio y transmitir cansitud y hastío. The Wind Waker es el juego de Zelda que mejor expresa y pone en pantalla el concepto "aventura". Y para mí, eso es un logro nunca suficientemente aplaudido.

De justicia es también hablar sobre las mejoras de jugabilidad y ritmo que han introducido en este remake HD. Por un lado tenemos el Gamepad, que permite un acceso rápido e intuitivo al inventario y los mapas en todo momento. Aciertazo, porque de esta manera el ritmo de juego apenas se quiebra y en el original era una pena tener que estropear el momento para equiparte un arma o mirar el mapa. Además, se aprovechan los giroscopios para poder apuntar moviendo el Gamepad, lo que unido a la nueva capacidad del personaje para moverse mientras apunta en perspectiva subjetiva, hace que de repente la vista en primera persona sea incluso una opción recomendable en determinadas situaciones. Otra decisión tomada en pos de hacer el juego más fluido, más dinámico. Se han introducido asimismo pequeños pero notorios cambios para quien ya jugara el original. Animaciones de acciones repetitivas que se han acortado, como lanzar el gancho o pescar un cofre del fondo marino. Poder cambiar de dirección en mitad de un balanceo con el gancho sin tener que detenerse a reorientarse. Cambios sutiles, pero que mejoran el ritmo muchísimo. Otro acierto. También han introducido algunas modificaciones para hacer cierta quest hacia el final del juego menos cansina, lo que se agradece. No pocos jugadores maldecían esta parte del juego por repetitiva y poco gratificante. Y no les faltaba razón. Ahora no pasa de ser una quest de transición realizable en relativamente poco tiempo. Añadamos a eso la capacidad de adquirir una vela especial para el barco que permite navegar más rápido y sin tener que preocuparse por la dirección del viento y veremos que cada cambio de gameplay que se ha realizado apunta en la misma dirección: Menos tiempos muertos, mayor dinamismo, simplificación en el modo de llevar a cabo acciones... Lo que vulgarmente llamaríamos depurar la experiencia de juego. Como guinda del pastel, la posibilidad de jugar en el Gamepad, prescindiendo del televisor. Victoria.

Sigilo e infiltración en un Zelda. Entonar el mantra "soy un barril, soy un barril" mientras das esquinazo al enemigo. Lo mejor de la vida.

Lo que voy a decir a continuación como cierre puede que a muchos suene a herejía, pero qué cojones, lo voy a decir de todas maneras: The Wind Waker es un juego excelente en todos sus apartados A PESAR DE SER UN ZELDA. A pesar de tener algunas esclavitudes propias de la saga como el adquirir progresivamente los items que nos ayuden a superar la mazmorra correspondiente; a pesar de contar una historia que siempre tiene que tener una cronología extraña y todo tiene que estar conectado a otros juegos porque esto es un Zelda. A pesar de que siempre tienes los templos temáticos que se repiten en casi todos los juegos de la saga (Templos del Bosque, de la Tierra o del Fuego, tengáis el nombre que tengáis no me engañáis, os repetís como el ajo a lo largo de la saga). A pesar de todo ello, es una experiencia acojonante. Con un control casi perfecto, con la mejor cámara libre que me he cruzado en toda mi vida, con un mundo vasto y lleno de secretos y pequeñas recompensas. Con personajes estrafalarios y tiernos; enemigos peligrosos de aspecto gracioso y mazmorras e items diseñados con extremo cuidado y gusto. The Wind Waker es sin duda, mi Zelda favorito. Y probablemente mi videojuego favorito. Ale, ya lo he dicho.

Personajes adorables, estilo artístico entrañable, nivel de detalle obsesivo, jugabilidad impecable y encima ahora... ¡Jraficazorls!

Indicaciones: Aventureros legendarios, resolvedores de puzles, navegantes en busca de lo desconocido, videojugadores sin prejuicios, corazones capaces de enternecerse.

Contraindicaciones: Rancios, prejuciosos del aspecto gráfico, incapaces de la resolución del puzle más elemental, mayorzotes hardcore, catorceañeros durezas amantes del color marrón y el tiroteo repetitivo.

Interacciones: Otros Zelda. En otro plan, puede parecerse a otros juegos de aventuras como Darksiders. En cuanto a emociones puede estar más cerca de juegos como Shadow of the Colossus o Journey, aunque mecánicamente no tengan nada que ver. Pero: El viaje, la aventura, el héroe solitario.

Efectos Secundarios: Banda sonora clavada en la mente como una astilla. La misma tristeza melancólica al acabarlo que cuando terminas una buena novela. Revisitar el juego para desentrañar los misterios de todas las islas.

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