viernes, 12 de abril de 2013

Hilo Musical: El Build Up

A veces el cuerpo me pide marcha. A veces me apetece oír una de esas canciones que parece que empiezan sin mucha chicha y van ganando fuerza hasta que, al final, explotan. Las bandas sonoras de películas son especialmente proclives a proporcionar este tipo de crescendo o build up, debido a que muchos clímax de películas se benefician terriblemente de ellos. Porque un buen build up, porque un crescendo sonoro hasta un apoteosis final es un placer que nadie debería perderse, selecciono algunos de los que me hacen sentirme el Amo del Calabozo.


Hancock - Death and Transfiguration  
Este tema de John Powell cumple a la perfección las normas no escritas del build up. Comienza suave y tranquila; casi triste. Piano y guitarra dándose la manita. Y cuando ya no puedes ir más para abajo, entran los instrumentos de cuerda y de viento para darte una esperanza, una nota sostenida como un rayo de luz en la oscuridad acompañada por la percusión. Y de repente se unen a la fiesta toda una serie de amigos y el tempo cambia. Y el ritmo se acelera. Y ya no es una melodía melancólica sino una huida hacia adelante, un crescendo musical que te empuja emocionalmente hacia arriba. Es la hora del golden comeback. Y qué bien sienta. Y cuando todo acaba, el descanso del guerrero, la satisfacción del trabajo bien hecho. Volver a la base, pero con un toque más luminoso.


Los Intocables - The Untouchables
Ennio Morricone da una lección magistral de build up casi por sorpresa y después mantiene la energía alta durante mucho, muchísimo tiempo con ese sello Morricone inconfundible con notas agudísimas que parece que casi tienen que molestar al oído pero que en vez de eso lo deleita. Esta pista es especialmente significativa también porque en apenas tres minutos es capaz de llegar arriba tres veces. Al principio con algo de anticipación y viéndola venir y luego directamente subiendo muy arriba, muy rápido, muy fuerte. Y al final con una breve anticipación casi de suspense en la que juega con el hecho de que sabes que va a volver al tema principal. Porque así es como viven los héroes. Muy arriba. 

El Caballero Oscuro - Like a Dog Chasing Cars
Esta banda sonora está compuesta al alimón por Hans Zimmer y James Newton Howard y esta pieza es otro ejemplo perfecto de crescendo. Comienza con un ritmo inquietante pero tranquilo, evocando sutilmente el tema de Batman y con las poderosas bases rítmicas de Zimmer marcando el tempo. Durante casi dos minutos la pieza nos va acercando más y más a no sabemos muy bien qué. La percusión sigue marcando el ritmo de manera espectacular, pero sabes que ella sola no va a poder brindar el punto álgido. Y entonces, en una banda sonora donde apenas hay melodías reconocibles, emergen los instrumentos de viento acompañados primero por los chelos y luego tímidamente por los violines. Y de repente ocurre: Estás tarareando en un Batman de Nolan. Es una melodía. Una que gana volumen e intensidad. Y los instrumentos de viento parecen llevar la voz cantante, pero entonces llegan los violines, secundados por unos chelos que marcan el ritmo y mantienen el fondo sonoro tupido, como a Zimmer le gusta. Violines perfectos, poderosos; controlando la melodía, suavizándola y subrayando el ritmo cortante y épico. Y la percusión no es que se haya diluido en el fondo, es que simplemente ya no es donde tienes puesto el oído. Un tema melódico casi impensable en esta saga.


Robocop - Rock Shop
Basil Poledouris es uno de esos compositores casi ignorados pero necesariamente de referencia. Aunque solo sea por Conan y Robocop. En esta pista Poledouris da una lección magistral de cómo montar un build up. Para empezar te da en los morros con unos arranques atonales y machacones dignos del final de una pista que nunca esperarías en un inicio. Y luego empieza el suspense. Y el suspense da paso a la incertidumbre con el toque de la percusión. Y de la incertidumbre pasa a la anticipación. Sabes que va a ir a más. Los violines te lo están gritando a la cara, la pista quiere explotar ya. Pero no, Poledouris la hace mantenerse, la hace revolverse sobre sí misma durante unos cuantos segundos. Le añade un primer plano de vientos y deja los violines de fondo, con una melodía secundaria que en realidad es la que ata toda la composición. Y cuando ya no hay donde esconderse, cuando ya no hay donde escapar, lanza a toda potencia el tema principal. Y entonces sabes que Robocop ha llegado y que va a partir caras. Y sonríes.

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