No deja de tener su cierta coña que una película sin pretensiones, con menos fondo que un charco y con algunas interpretaciones abisales como Aquaman sea capaz de trasladar mucho mejor que sus antecesoras del DCEU lo que el espectador medio espera de una película de superhéroes: Espectáculo visual, desarrollo sencillo, trama en avance continuo, antagonistas con alguna justificación y el Bien triunfando sobre el Mal. Aquaman hace unas cuantas cosas bastante mal y muchas otras reguleramente, pero sus aciertos dan para un blockbuster palomitero. En la segunda mitad del programa hablamos de Spider-Man: Un Nuevo Universo, película que se defiende sola. Identidad visual inconfundible, personajes queribles desde el minuto uno, coherente desarrollo, acción espectacular... Verla es quererla.
