Esta semana el cine de sofá nos ha llevado a ver Edge of Tomorrow. Este día de la marmota de ciencia ficción con trasfondo bélico resulta entretenido aunque algo blandito. Tom Cruise y Emily Blunt no tienen demasiada química y el final no nos ha parecido el más adecuado, pero la peli se deja ver. No como Intruders, la nueva serie de BBC América en la que hay tanto personaje y tanto misterio en el primer capítulo, que todo nos ha importado más bien poco. Entendemos que hay cosas que quieren establecer como misterios de fondo, pero los personajes apenas están perfilados y las escenas aburridas se suceden unas tras otras sin dar alicientes al espectador. Hemos empezado a ver también la segunda temporada de Major Crimes. Todo sigue, gracias a dios, igual. Actores muy cómodos y eficaces en sus papeles para una serie coral que combina los casos policiales con pequeñas pero siempre interesantes tramas personales. La fórmula está, a estas alturas, más que probada. Y para acabar, en videojuegos, el Dr. Snack le ha dado una oportunidad a Dead Island: Epidemic. Un MOBA a lo DotA o LoL con la ambientación propia de la saga Dead Island. La satisfacción de machacar zombies ya le ha gustado. Y el juego en general es competente en lo que hace. Lo que ocurre es que el sistema de mejoras y niveles es innecesariamente complejo y torpe transmitiendo su información y obliga al jugador a tener en cuenta demasiadas cosas a la hora de ir mejorando sus personajes y armas.