Miedo. Eso es lo que me da esta película. Y es un miedo nacido de la desconfianza. Imagino que adaptar El Principito no es tarea sencilla, que afrontar un largometraje en el que dar cabida a una versión más o menos fidedigna de la historia es complicado. Comprensible que a la hora de adaptar tanto esta como otras obras, el tomarse libertades no sea solo bienvenido, sino inevitable. Ahora bien, no puedo quitarme de encima la sensación extraña que me deja el tráiler a base de incrustarle una historia aparentemente genérica y hacer chocar distintos estilos artísticos. No se si incrustar El Principito en algo que parece el molde estándar de Disney/Pixar va a dar un buen resultado. De ahí la desconfianza, aunque la esperanza es lo último que se pierde.
Mi atención hacia los estrenos de la semana navega entre dos mares: el descacharre absoluto de Dos Buenos Tipos y la pesadilla claustrofóbica de The Green Room.
No hay comentarios:
Publicar un comentario